La comunidad mariachi y folclórica de Tucson brillará en un nuevo documental titulado “Mariachi Miracle.” Aunque aún no está terminado, habrá una proyección preliminar seguida de una discusión el domingo, 14 de agosto.
El documental es dirigido y producido por Daniel Buckley, un escritor musical y productor de piezas multimedia para Native Peoples, Tucson Weekly, Stereophile Journal y el Tucson Citizen durante más de 30 años. Tambien es el fundador de la serie de documentales para Cine Plaza en Fox.
Hace más de 10 años atras, Buckley – inspirado por la vibrante cultura de mariachi en baja Arizona – comenzó su proyecto, contando las historias de jóvenes mariachis y bailarines folclóricos en Tucson. Buckley le había dicho al Sentinel en 2013 que su intención period terminar el documental el próximo año, pero desde ese entonces, el proyecto ha crecido.
In English: Decade-long documentary challenge to inform ‘miraculous’ tales of Tucson’s youth mariachis & folklorico dancers
El proyecto creció por varias razones, dijo Buckley. Dinero fue la razón principal.
“Fué un peso monetary constante y hubo momentos cuando tenía que parar y conseguir oportunidades para poder tener un techo sobre mi cabeza”, él dijo en inglés. “Ayuda financiera period esporádica y pequeña en aquellos tiempos. También habían aspectos de la historia que yo no sabía anteriormente que fueron revelándose con el tiempo y debían ser incluidos”.
Este no es el primer documental de Buckley. El Pageant Internacional de Cine de Arizona proyectó su otro documental, “Tucson’s Coronary heart and Soul: El On line casino Ballroom”. También dirigió y produjo cuatro obras para la Sociedad Histórica de Arizona, como “Yuma: Gateway to the Southwest”.
Las raices de “The Mariachi Miracle” fueron sembradas inicialmente en 1971 cuendo Buckley se mudó de Catskill, N.Y. a Tucson para estudiar en la Universidad de Arizona.
“Una de las cosas que me llamó la atención fue cuan pocos mexicoamericanos estaban en clases conmigo”, dijo Buckley en inglés. “Muy pocos. Y en mi barrio, había la proporción que había en el pueblo, pero en el recinto, los únicos mexicoamericanos que vi estaban trabajando en el private de limpieza o regando el césped”.
Aunque las raices del mariachi están en la música folclórica de Jalisco, México, su desarrollo en los Estados Unidos puede ser trazada a Tucson, donde fue introducida a los currículos de las escuelas públicas por primera vez. Hoy, la música es compuesta por violines, guitarras y trompetas, pero comenzó como música aldeana compuesta por maracas caseras y tambores. La música alegre y los trajes detallados de los músicos han sido símbolos de celebración y orgullo mexicano.
El documental contará la trayectoria desde el primer programa de mariachi juvenil, Los Changuitos Feos, en 1964 hasta los programas presentes en ciudades como Los Ángeles, San Francisco y Chicago dirigidos por graduandos de los programas de Tucson. También rastrea la transformación de Tucson de una ciudad desértica segregada cuyos líderes se empeñaron en usar proyectos de renovación urbana para arrasar gran parte de su herencia mexicana a una ciudad que abraza su herencia multicultural, dijo Buckley al Sentinel en 2015. Pero en el fondo, y quizás lo más importante, la película ilustra el rol transformador que la educación artística puede desempeñar para los estudiantes.
Un amigo de Buckley conocía a un hombre llamado Randy Carillo que period miembro fundador del Mariachi Cobre. Carrillo había sido parte de uno de los primeros grupos de mariachis juveniles en Tucson: Los Changuitos Feos de Tucson.
El grupo había establecido que les pagarían por las actuaciones y “enviarían a todos los niños a la universidad”. Desde entonces, Los Changuitos Feos han estado otorgando becas a los miembros de su grupo para que continúen su educación.
A medida que crecieron estos programas, también lo hicieron las tasas de asistencia escolar. Las tasas de abandono escolar cayeron, las tasas de graduación aumentaron y la matriculación universitaria entre los latinos creció, dijo Buckley.
“El programa de marachi se convirtió en sus boletos para continuar su educación”, dijo Buckley. “Ellos debían mantener sus calificaciones altas, si no, serían expulsados del grupo. Period su razón para venir a la escuela”.
“Irónicamente, Randy, a quien realmente no conocía, estaba en la universidad con una beca de Changos”, dijo Buckley. “Changos se convirtió en el Johnny Appleseed del movimiento mariachi en los Estados Unidos”.
Los Changos iban de viaje a diferentes lugares: Nueva York, Ciudad de México y otros. De esa manera, “difundirían el evangelio” de que el mariachi es una forma de ayudar a los jóvenes a obtener su educación.
“Esa fue realmente la semilla del ‘Mariachi Miracle'”, dijo Buckley. “Probablemente hace 20 años, estaba caminando por el recinto y resultó ser tiempo de graduación y los estudiantes salieron del Centennial Corridor y eran solo los graduados hispanos, y había tantos de ellos. Period simplemente irreal. Cuando comencé a mirarlos cuando salían, probablemente un tercio o la mitad de ellos los conocía como mariachis o bailarines folclóricos. Se encendió una bombilla”.
El documental, más el libro complementario con el mismo título en el que estará trabajando Buckley, no solo cubrirá a los jóvenes mariachis y artistas folclóricos en Tucson, o la influencia que Los Changuitos Feos tuvieron sobre sus contemporáneos. También cubrirá la introducción de las mujeres, en la década de 1980, a una forma de arte tradicionalmente masculina y el efecto que tuvo en la cultura del mariachi.
Mostrará momentos históricos desde la creación de la Conferencia Internacional de Mariachi de Tucson hasta la influencia de Linda Ronstadt en la cultura fashionable internacional.
Además de grupos y compañías independientes locales, las escuelas desde la educación primaria hasta la secundaria comenzaron a formar sus programas de mariachi y folclórico. Los estudiantes pueden obtener créditos por sus lecciones y participación en sus clases. Pero el crédito por cursos de educación física o artes no es el único beneficio.
Patsy Klein, quien ahora es directora de cuidado pastoral en la parroquia Nuestra Madre de los Dolores, period una bailarina folclórica que cultivó su interés por la danza desde muy joven. Ella misma tomó lecciones folclóricas y fue mentora de otros grupos folclóricos.
Entre muchas cosas, coordinó el espectáculo de medio tiempo de la herencia hispana de la Universidad de Arizona. Todavía continúa apoyando a los grupos de baile folclórico de la zona. Durante el tiempo que trabajó con jóvenes bailarines folclóricos, dijo que podía ver cómo la participación afectaba sus vidas.
“He visto a los estudiantes más introvertidos y tímidos subirse a un escenario frente a una gran multitud con su grupo”, dijo Klein en inglés. “Los he visto realmente salir de sus caparazones”.
Ella recordó cómo el folclórico también cambió su propia vida. Klein pudo viajar con su grupo de danza tanto a nivel nacional como internacional. Recuerda cómo se veía Notre Dame antes del fuego, y le gusta el recuerdo de cuando su grupo fue invitado a usar sus trajes y dirigir oraciones en una procesión por la Señora de Fátima.
“Pura alegría”, dijo Klein. “Cada experiencia que tuve con el folclorico me trajo pura alegría”.
Buckley podía ver cómo crecían los niños en esos entornos artísticos y visitaba las escuelas para ver actuaciones o clases. Dijo que hace unos siete años, estaba organizando sesiones de filmación de poesía en la Escuela Primaria Bilingüe Davis cuando una niña, de unos ocho o nueve años, se le acercó y le dijo: “Hola, mi nombre es Marisol, pero puedes llamarme Mari. Si hay algo que necesites, no dudes en preguntar”.
“Le dije que sí, que tenía una pregunta”. dijo Buckley. “Y yo dije: ‘¿Cuánto tiempo tienes de mariachi?’ Y ella dijo: ‘Desde el jardín de infantes. ¿Por qué preguntas?’ ¿Quién más a los nueve años se acercaría a alguien con equipo de filmación y le diría que está feliz de ayudar de cualquier manera? Los niños mariachis lo hacen? No tienen miedo”.
Alguien que se encargó de educar a los jóvenes mariachis en la Escuela Primaria Bilingüe Davis fue Alfredo Valenzuela, conocido cariñosamente como Dr. V debido a su doctorado honorario de la UA. Comenzó el programa de mariachi en 1981. Actualmente, Valenzuela está jubilado pero su hijo, Jaime Valenzuela, lo ha separado. También fue testigo del papel del mariachi en la vida de los niños.
“No he visto muchos estudiantes que se quedaron en el mariachi y que luego entraron en cosas negativas en la vida”, dijo Valenzuela en inglés. “Y para mí, eso fue muy conmovedor. Y creo que Dan vio esto”.
Valenzuela dijo que esto también impactó su vida, ver a su hija y sus hijos dedicar tiempo a la música de mariachi. Ahora, los tres son maestros.
“Fue genial para mí ver el valor de involucrarse en la música de mariachi y hacer algo tan positivo”, dijo Valenzuela.
Para Valenzuela, el mariachi y el trabajo que pudo realizar durante su carrera lo llenan de “mucho amor, mucho cariño”.
Buckley dijo que la proyección del domingo 14 de agosto será una oportunidad para que el público dé su opinión. Las puertas se abrirán a las 11:30 a. m., el evento comienza al mediodía en el Teatro Fox Tucson, 17 West Congress St.